Grupo Legislativo
Partido Movimiento Ciudadano

Autor: Grupo Legislativo PMC

Honorable asamblea

Afortunadamente durante las últimas semanas la trascendencia de la agenda ambiental ha tomado fuerza. Si bien no está exenta de polémica, la conferencia de la ONU sobre calentamiento global, ha enfatizado al menos en el discurso la necesidad de tomar acciones urgentes en la materia.

De acuerdo con el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de Naciones Unidas, la influencia humana respecto al calentamiento global es irrefutable. Lo que empezó en Estocolmo en 1972 como una cumbre de divulgación, hoy se ha vuelto un evento que pone en alerta máxima al planeta entero.

Mucho se ha hablado ya de las amenazas que implica el cambio climático, para enfatizarlas más, es preciso hacer algo de memoria sobre eventos que a veces se pierden en la vorágine de información del día a día, pero que representan casos irrefutables de lo que enfrentamos como especie.

Cronológicamente primero tenemos los incendios forestales en Australia, los cuales se dieron en el marco del año más caliente y más seco que se haya registrado en la historia de ese país, y que consumieron 12 millones de hectáreas, además de acabar con millones de ejemplares de flora y fauna.

Los elementos cruciales para alimentar esta tragedia (calor y sequia) son sin duda puntos de influencia relacionados estrecha e irrefutablemente al cambio climático.

También se dieron las tragedias en Bélgica y Alemania, una serie de inundaciones inesperadas y repentinas que costaron la vida a más de 228 personas, y significaron millones de euros en pérdidas económicas.

Lo más relevante de esto es que por primera vez los países de primer mundo se veían envueltos en tragedias climáticas, lo que movilizó el debate en la Unión Europea.

En otras latitudes pudimos observar las inundaciones en China y en la Ciudad de Nueva York. En la región de Liulin en el país asiático, los fenómenos provocaron la destrucción de 2,700 hogares, 63 puentes, 7 kilómetros de vías carreteras, además del colapso de 221 edificios. Asimismo en otras regiones del país como la Provincia de Henan y la de Zhengzhou los desastres naturales han cobrado la vida de cientos de personas, generando miles de millones de dólares en pérdidas económicas.

Por su parte, en Nueva York las lluvias del Huracán Ida en este mismo año, rompieron el record de precipitación por hora para acumular 3.15 pulgadas en el área de Manhattan, lo que provocó la pérdida de energía eléctrica para 170 mil usuarios, al menos 42 muertes y un estimado de 95 mil millones de dólares en daños, lo cual llevó a una declaratoria de emergencia por parte del Presidente Joe Bidden, quien resaltó la gravedad del fenómeno de cambio climático para su país.

Otro fenómeno para analizar, y que afectó a Nuevo León, es la onda gélida que congeló y destruyó millones de dólares de infraestructura de la red de energía en el estado de Texas, la cual de acuerdo al Servicio Meteorológico de los Estados Unidos, es uno de los fenómenos invernales más destructivos, con temperaturas record que ha enfrentado el Estado, y que fue altamente impulsado por el incremento de masas de aire frío relacionadas con el derretimiento glaciar ocasionado por el cambio climático.

Temporadas de huracanes más intensas y poderosas, sequias implacables en diversas latitudes incluyendo Nuevo León, deslaves mortales al sur del país, y heladas repentinas y mortales en pleno verano en el Estado de México, son solo algunos ejemplos cotidianos de lo que el cambio climático nos está haciendo.

Ante esta situación, los científicos han sugerido diversas acciones. Parte de las medidas de adaptación al cambio climática recomendadas de manera general por el Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de Naciones Unidas, incluyen medidas como: Reforestación y recuperación de cubierta vegetal, Creación de cultivos flexibles, construcción de infraestructura más robusta y resistente, detener toda invasión a cauces y cañadas, inversión en equipo para atención de desastres como inundaciones o incendios, mejoras en la gestión de residuos en general, investigación y desarrollo científico en tecnologías, además de las clásicas medidas de mitigación relacionadas a cambios de paradigma en la industria, pero sobre todo en el esquema de consumo humano.

Lamentablemente cuando se aborda la situación medio ambiental, la respuesta más común de los gobiernos en nuestro país suele ser un muy recurrente, "no hay presupuesto". A nivel estatal o federal, la tendencia histórica en México en materia ambiental no es muy favorecedora en lo que respecta a la aplicación recursos públicos en el tema.

Lo vimos en el sexenio pasado cuando de manera recurrente los fondos para medio ambiente terminaban aplicándose a otros rubros, y si no se cambia el enfoque y se entiende la urgencia de la situación, difícilmente cambiaran los paradigmas.

Hoy en día en Monterrey se declaró una emergencia climática, mientras que a nivel estatal se habla de la importancia de conseguir fondos para el medio ambiente. Sin embargo en un contexto de pandemia, es importante buscar soluciones y alternativas que no impacten en el bolsillo de la ciudadanía.

En ese sentido una de las herramientas con las que se pueden contar para combatir el cambio climático, son los fondos de financiamiento internacional.

Estos fondos sirven para diversos proyectos, desde políticas de conservación ambiental forestal, pasando por renovación de sistemas de transporte público, realización de estudios técnicos, y pago de servicios ambientales solo por mencionar algunos.

Actualmente nuestro Estado cuenta con la Ley de cambio climático, en la cual se habla de la obligación de "procurar y gestionar fondos para atender el problema". Sin embargo la ley elabora poco al respecto, y es ahí donde como bancada hemos detectado un área de oportunidad para dicho marco jurídico.

Es por ello que el día de mañana presentaré una iniciativa que tiene como propósito hacer más robustas y especificas las obligaciones de procuración de fondos climáticos.

En primer lugar consideramos que la Ley debe añadir a su glosario el concepto de financiamiento climático, el cual de acuerdo al Comité Permanente de Financiamiento de la ONU, se define como la procuración de recursos que tienen como objeto reducir las emisiones y mejorar los sumideros de gases de efecto invernadero, así como reducir la vulnerabilidad, y mantener y aumentar la resiliencia de sistemas humanos y ecológicos ante los impactos negativos del cambio climático.

Adicionalmente se establecerá como obligación de la Secretaría de Medio Ambiente, designar un cuerpo de personas dentro de su personal, los cuales estarán obligados a monitorear todos los fondos disponibles año con año, aplicar a ellos y dar un informe de cuantos se solicitaron, cuantos había disponibles, a cuantos se accedió y en caso de rechazo, porque se dio el mismo.

De esa manera garantizaremos en la ley, que el poder ejecutivo este permanentemente buscando la procuración de dinero internacional, dinero que está ahí para ser usado en el tema, y que Nuevo León debe aprovechar.

Más allá del debate que han generado los impuestos verdes, el financiamiento climático representará una oportunidad de salvaguardar la economía ciudadana, y brindará la oportunidad de atender una problemática que de no resolverse, nos costará que la vida como la conocemos deje de existir rumbo al año 2050.

Es por ello que invito a mis compañeros de la comisión de medio ambiente, a que en cuanto la misma sea turnada, trabajen arduamente para buscar su dictaminación, puesto que en esta emergencia climática, no podemos perder más tiempo.

Compañeros, vivimos en una terrible dualidad, por un lado somos asolados por sequias recurrentes e intensas, y por otra parte somos sumamente vulnerable a la destrucción de lluvias e inundaciones. Es por ello que consideramos que todas las reformas legislativas y políticas públicas sobre cambio climático, deben aplicarse de manera pronta y eficaz, logrando así cambiar un paradigma en el que ha prevalecido la rentabilidad por la sostenibilidad, y que de no cambiar nos costará muy caro en el futuro. Es cuánto.