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Exhorto Parques y Vida Silvestre

12 de Agosto 2020

Autor: Grupo Legislativo PVEM

DIP. JUAN JUAN CARLOS RUIZ GARCÍA

PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN PERMANENTE

PRESENTE. -

La suscrita Diputada IVONNE BUSTOS PAREDES, Coordinadora del Grupo Legislativo del Partido Verde Ecologista de México, perteneciente a la Septuagésima Quinta Legislatura del H. Congreso del Estado de Nuevo León, en uso de las atribuciones conferidas en el artículo 122 Bis del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso del Estado de Nuevo León, someto a consideración de esta Soberanía, el presente Punto de Acuerdo con base en la siguiente:

EXPOSICION DE MOTIVOS

Nuestra metrópoli se encuentra encallada en un valle donde se alzan diversos cerros, sierras y colinas. El Cerro del Topo Chico y la Sierra de las Mitras al norte y al este del primer cuadro, la Sierra Madre Oriental al Sur, y el Cerro de la Silla al Sureste.

Un poco más alejadas del centro también se alzan la Sierra de Picachos, la Sierra del Fraile, y la Sierra de Papagayos.

La cercanía con la naturaleza nos obliga a la interacción con la biodiversidad y a responsabilizarnos para preservarla. Por una parte, la degradación de la Sierra que nos rodean causa conflictos urbanísticos al hombre, y por otro lado el crecimiento demográfico, la invasión a las montañas, y el desmonte generalizado en la Zona Metropolitana ha causado un impacto irreversible al ecosistema.

Basta recordar que Nuevo León posee una gran biodiversidad, la cual de acuerdo a datos del Gobierno del Estado se compone en términos generales de bosques, matorrales y pastizales, la flora de la entidad se integra por alrededor de 3000 especies distintas, de entre las cuales ocupamos el segundo lugar nacional en registros de cactáceas.

En lo que refiere a la fauna, poseemos una gran variedad de especies; en el apartado de mamíferos se contabilizan 120, de entre las cuales destaca la presencia en nuestro estado de todas las especies de felinos que habitan en México, es decir: jaguares, pumas, gatos monteses, ocelotes, margays y jaguarundis.

En el rubro de aves contamos con más de 415 especies, lo cual representa el 40% de todas las que existen en el país; en lo que refiere a reptiles se encuentran en Nuevo León 99 especies, así como una gran cantidad de insectos.

Lamentablemente toda esta riqueza natural hoy en día enfrenta retos y amenazas importantes, entre las que destacan principalmente: la pérdida de hábitat, la destrucción de vegetación, los incendios forestales, la cacería furtiva y el tráfico de especies.

Todas estas situaciones ya han causado la desaparición de especies como el lobo mexicano, el borrego cimarrón, el berrendo y el bisonte americano; animales que antes abundaban en la entidad, hoy solo pueden ser encontrados en cautiverio o áreas de conservación muy específicas.

De entre las especies que en épocas recientes han ejemplificado más complicaciones por la invasión de hábitat y depredación de ecosistemas, resalta el oso negro.

El Oso Negro es denominado científicamente como "Ursus americanus", de esa especie se origina la sub especie que habita Nuevo León, la cual se define como "Ursus americanus eremicus". Las especies y subespecies si bien pueden ser ligeramente diferentes en algunas cuestiones físicas como peso y tamaño, en general son muy similares y tienen comportamientos parecidos. Esta es la razón por la cual los osos de la entidad son un poco más pequeños que los localizados en otras regiones.

En general este oso puede llegar a medir hasta 2.87 metros de longitud para los machos y 2.55 mts para las hembras, su peso ronda entre los 60 y 280 kilogramos para los primeros y 40 y 180 para las segundas.

Posee garras de entre 4 y 5 centímetros y se alimenta de manera omnívora teniendo su mayor porción de dieta en fuentes de origen vegetal.

Los desplazamientos de estos animales se producen principalmente en función de su alimentación y pueden llegar a desplazarse de manera muy fluida en terrenos desde los 20 a los 100 kilómetros cuadrados.

Es precisamente debido causa de estos desplazamientos, junto con el factor de abundancia en nuestro territorio de las montañas que conforman su hábitat, y a la agresiva invasión urbana que hemos hecho en las mismas, que los encuentros de humanos con esta especie se han incrementado.

Para profundizar en la situación de este mamífero, no es necesario hablar mucho de los célebres casos de avistamientos recientes, los cuales involucraron al oso "numero 34", y a distintas personas en diferentes colonias de San Pedro, los cuales tomaron relevancia en los últimos días.

A raíz de ellos se suscitó todo un debate sobre cuáles eran las medidas más adecuadas para llevar a cabo respecto al manejo del oso. Algunos mencionaban que el ejemplar ya estaba demasiado habituado al hombre, y que el zoológico era la única solución, otros especialistas referían que habría que ver si se podía reintegrar a su hábitat, y finalmente la Profepa decidió que el animal sería enviado a la Sierra de Chihuahua, y que además sería castrado para evitar contaminación genética.

Todo lo anterior revela una serie de áreas de oportunidad en lo que refiere a nuestro manejo y conservación de especies necesitadas de protección.

Hay que recordar que si bien el oso negro neoleonés no se encuentra en las categorías de riesgo más delicadas que establece la "NOM-059-SEMARNAT-2010" "En peligro de extinción" o "Amenazadas" la especie recae en la categoría de "Sujetos a Protección Especial", la cual indica la necesidad de propiciar su recuperación y conservación.

Recordando la gran diversidad de mamíferos que hay en Nuevo León, y considerando lo invasivo que hemos sido con el hábitat de todos ellos, se hace evidente que nuestro estado requiere desarrollar planes de manejo y protocolos más amplios en lo que se refiere a manejo de vida silvestre.

Es importante que se tomen acciones en ese sentido, puesto que nuestro desarrollo urbano no se detendrá, lo cual junto con los fenómenos del calentamiento global, inevitablemente provocará que se sigan dando casos de interacción entre humanos y la fauna de Nuevo León: osos, jaguares, pumas y ocelotes por mencionar algunos.

Como entidades federativas tenemos que ser proactivos en la protección de nuestra biodiversidad, la cual además de ser un tesoro para las generaciones venideras, es el pilar de la belleza y abundancia de la que disfrutamos en el planeta tierra.

Por lo anterioriormente expuesto el Partido Verde Ecologista de México en el Congreso de Nuevo León, tiene a bien proponer a esta Soberanía el siguiente punto de:

ACUERDO

ÚNICO.- Se exhorta de la manera más atenta al Ing. Gustavo Cecilio Treviño Villareal, Director General de Parques y Vida Silvestre, a que con base al Artículo 11°, fracción II de la Ley General de Vida Silvestre, el cual indica que la Federación podrá suscribir convenios con los Estados para delegar lo referente al manejo, control y remediación de problemas asociados a ejemplares y poblaciones que se tornen perjudiciales, y con base a los artículos 4° y 5° de Ley que crea el Organismo Público Descentralizado Parques y Vida Silvestre, los cuales hablan sobre objetos y competencias de la institución, realice lo siguiente:

  1. Elabore un Plan de Manejo de Vida Silvestre que permita mantener el equilibrio integral, saludable y productivo de los ecosistemas para la sobreviviencia y calidad de vida de las especies que lo habitan.

  1. Se realicen protocolos para denuncia de avistamientos, captura, estudios médicos y procesos de liberación, se generen protocolos para los parques naturales y adriestramiento de autoridades especializadas municipales y estatales, para atender llamados relacionados con vida silvestre.

  1. Se generen reglamentos para la conservación y protección de fauna Silvestre.

MONTERREY, N.L., A MIÉRCOLES 12 DE AGOSTO DEL 2020

GRUPO LEGISLATIVO DEL PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO

DIP. IVONNE BUSTOS PAREDES

COORDINADORA

PVEM

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