La LXXII Legislatura aprobó enviar un exhorto al H. Congreso de la Unión con el fin de que dictamine a la brevedad la iniciativa que contempla regular las operaciones de las Casas de Empeño del País.

No es un tema exclusivo de Nuevo León, tenemos conocimiento que es en todas las legislaturas estatales, recurrentemente llegan los ciudadanos a tratar este tema, que es la falta de regulación en lo particular.

En tal virtud y de manera muy sencilla yo creo que es muy conveniente hacer un frente común para que sea el Congreso de la Unión el que reciba con mayor fortaleza esta propuesta, dijo el diputado Héctor Gutiérrez de la Garza, coordinador del Grupo Parlamentario del Revolucionario Institucional, quien dio lectura al dictamen.

Se aprobó exhortar respetuosamente al Honorable Congreso de la Unión para que dictaminen, a la brevedad, la iniciativa de reforma con proyecto de Decreto, por el que se reforma la Ley General de Organizaciones y Actividades de Crédito y la Ley para la Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros, con objeto de regular las operaciones de las Casas de Empeño, presentada el 19 de febrero de 2009.

Además se remitirá copia del presente acuerdo a los 31 Congresos Estatales y a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

Mencionan los diputados José Ángel Alvarado Hernández y Jorge Santiago Alanís Almaguer, integrantes del Grupo Legislativo del Partido Nueva Alianza, promoventes del punto de acuerdo, que en Nuevo León, como en otras entidades del país, los abusos en los que incurren las casas de empeño parecen no tener fin.

Por ello, dijo Alanís Almaguer, se convierten en la principal alternativa de mucha gente para obtener recursos inmediatos con los cuales se pueda atender una contingencia o cubrir un gasto no planeado, este tipo de establecimientos operan en la más completa impunidad.

La necesidad de las personas de conseguir un crédito fácil explica la proliferación de las casas de empeño, añadió.

Además de cobrar intereses superiores a los de las bancas comerciales, agregó Alvarado Hernández, omiten constatar que la prenda empeñada pertenezca realmente a la persona que solicita los servicios y es común que funcionen como lavaderos de objetos robados.