Por: Itzel Castillo Almanza.

Esta semana en el Congreso del Estado entregamos la medalla "Mauricio Fernández Garza", post mortem al propio ingeniero Mauricio, quien se destacó por su labor como empresario, alcalde, senador y promotor cultural.

Nuestra intención habría sido entregar personalmente la medalla al gran Mauricio Fernández Garza, pero su velita se apagó, como él mismo lo vaticinó, el martes 23 de septiembre.

Lamentamos su pérdida, pero nos quedamos con su gran legado y compromiso que deberemos seguir para transformar Nuevo León, desde nuestra trinchera.

¡Gracias ingeniero Mauricio Fernández Garza por la enseñanza que nos dejaste!

El ingeniero Mauricio Fernández Garza, un gran ser humano, visionario, demócrata, promotor cultural, altruista, respetuoso de la diversidad de ideas, pero sobre todo un gran impulsor de la calidad de vida que merecen tener en su entorno las personas, sin importar en el lugar en que se encuentren.

En su faceta como político, como alcalde del municipio de San Pedro Garza García, logró transformarlo con obras vanguardistas, que provocaron polémica, pero luego admiración logrando que San Pedro sea considerado como un municipio modelo, no solamente de México, sino del mundo.

Como promotor del arte y la cultura el ingeniero Fernández Garza destacó por las colecciones que acuñó.

En su casa conocida como La Milarca, acopió un patrimonio de diversas reliquias que ahora se disfruta en un museo que lleva este mismo nombre ubicado en el Parque Rufino Tamayo y que tuvo a bien donar como patrimonio cultural a la ciudad y al mundo, mismo que contiene también otras colecciones dedicadas a la paleontología y al arte popular.

Como amigo de grandes artistas como el oaxaqueño Francisco Toledo, logró que un hijo de él, Jerónimo López, plasmara un mural en la entrada del túnel de la Loma Larga del lado de San Pedro, para embellecer este espacio público en el entorno urbano.

Y qué decir de su colección numismática, de cientos de monedas, que se pueden apreciar en La Milarca, con lo que el ingeniero Mauricio se ha convertido en el hombre más conocedor en el mundo de las monedas de cobre.

Recibió el Premio Manuel Romero de Terreros por su investigación en numismática y "La Rana de Oro" al turismo en 1980, además de las "Llaves de la Ciudad" de Houston en 1981.

Presidió el patronato del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca y fue consejero del Museo de Historia Mexicana y CONARTE.

Impulsó la investigación y exhibición del Mauriciosaurus Fernandezi, un plesiosaurio hallado en Vallecillo, Nuevo León; la pieza fue presentada en el Papalote Museo del Niño de Monterrey.

Su pasión por la cultura no solamente se suscribe a promocionarla en México, sino también del otro lado del mundo; con la instalación del museo de arte popular en el Palacio de los Marqueses de Torremejía, en Almagro, España.

Y qué decir del Museo del Ojo, en el municipio de García, ubicado en una casona de 1836 de antiguas arcadas de ladrillo, con una noria y su patio central.

Su acervo consiste en la colección de fina artesanía mexicana que va desde excelentes piezas de talavera poblana, alfarería de Tonalá, árboles de la vida de Metepec hasta alebrijes oaxaqueños.

Como Senador de la República, Mauricio Fernández, presidió la Comisión de Cultura del Senado, y participó como vicepresidente en otras dos comisiones senatoriales.

Impulsó una reforma al artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos donde propuso facultar al Congreso para legislar sobre vestigios y restos fósiles, con la finalidad de conservar el patrimonio paleontológico del país; reforma que se encuentra vigente.

Por esto es que el Poder Legislativo aprobó la Ley que Crea la Medalla de Honor ´Mauricio Fernández Garza´.